Los transformadores están diseñados para cambiar el nivel de voltaje de una señal eléctrica de corriente alterna (CA). Una de las funciones principales de un transformador es aumentar o reducir el voltaje de la señal eléctrica entrante según la aplicación. Cuando un transformador reduce el voltaje, lo hace cambiando la relación de vueltas entre los devanados primario y secundario.
Esta relación de cambio de giro da como resultado una disminución proporcional en el voltaje de salida en relación con el voltaje de entrada.
La principal causa de la baja tensión en un transformador es el diseño y configuración de sus relaciones de devanado. En un transformador prohibido, el número de vueltas del devanado secundario es menor que el número de vueltas del devanado primario. Como resultado, el voltaje inducido en el devanado secundario es menor que el voltaje aplicado al devanado primario.
Esta reducción de voltaje permite a los transformadores entregar energía eléctrica a niveles adecuados para aplicaciones específicas, como electrodomésticos, dispositivos electrónicos y equipos industriales.
Los transformadores se utilizan a menudo para generar energía eléctrica a niveles de bajo voltaje por varias razones. En primer lugar, los niveles de voltaje más bajos son más seguros para la distribución y el uso porque reducen el riesgo de descarga eléctrica y daños al equipo.
Además, la transmisión de energía de bajo voltaje es más eficiente en distancias cortas, lo que minimiza las pérdidas de energía y mejora la confiabilidad general del sistema. Además, muchos dispositivos y aparatos eléctricos funcionan de manera más eficiente y efectiva a niveles de voltaje más bajos, lo que hace que la generación de energía de bajo voltaje sea una opción práctica para diversas aplicaciones.